«Actualmente las cifras indican que en Chile las personas están más sensibilizadas a proteger cosas materiales, como son sus autos, versus asegurar su propia vida. Según un estudio de 2016 de la Asociación de Aseguradores de Chile sólo el 20% de los chilenos tiene un seguro de vida individual contratado. Por otro lado, el 35% de los vehículos que circulan en nuestro país cuentan con un seguro voluntario de daños materiales.
Esto se puede plasmar en la realidad, cuando compramos un auto empezamos a cotizar un seguro inmediatamente para evaluar su contratación, idealmente a partir del mismo día de entrega del auto. Sin embargo no ocurre necesariamente lo mismo con los seguros de vida, al momento en que traemos hijos a este mundo. Nos preocupamos que el seguro de auto cubra en caso de pérdida total y ¿nos hacemos la misma pregunta en caso de pérdida total de nuestra vida?
Según estimaciones, los chilenos destinan en promedio menos del 2% de sus ingresos en seguros de vida -sin considerar rentas vitalicias- mientras que como referencia en países desarrollados esta cifra es alrededor de 7%. Esto nos muestra que en Chile hay todavía mucho camino por recorrer para crear mayor conciencia sobre la importancia de proteger a las familias frente al impacto financiero del fallecimiento, invalidez o enfermedad de alguno de los sostenedores familiares.
En la actualidad, el mercado ofrece una amplia gama de seguros para ahorrar para el futuro, proteger a nuestras familias ya sea con fines de asegurar la educación de nuestros hijos, la salud, mantener su calidad de vida, financiar proyectos futuros, entre otros. Es esencial crear conciencia sobre la importancia del ahorro y la protección, teniendo en cuenta de que hay seguros de vida cada vez a precios más accesibles incluso con precios más bajos que los seguros de autos o casas, y que su costo baja mucho en la medida en que se tomen a temprana edad.»
Fuente: El Repuertero, 29/09/2017 (enlace)
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