«El gremio asegurador dice que desde 2010 ha crecido en 50% el monto que le significan estos siniestros. En el segmento de autos de lujo, cuatro de cada cinco robos son con violencia, ya que los delincuentes buscan arrebatar las llaves a los conductores para huir con el botín.

El pasado viernes 2 de junio, María Teresa (24 años) llegó a su casa en la comuna de Vitacura a bordo de su pick up Ford. Eran cerca de las 20 horas y luego de estacionar en la calle, afuera de su domicilio, bajó del vehículo junto a su hermano menor (13) con quien viajaba. Cuando se aprestaba a ingresar a su vivienda fue abordada por un grupo de delincuentes, quienes después de intimidarla con armas blancas, le arrebataron las llaves de la camioneta en la cual huyeron.

El vehículo no apareció más. Después de un mes de realizada la denuncia a Carabineros y en la compañía de seguros, esta última pagó a la víctima el valor de la camioneta -año 2015-, considerando para ello el precio promedio de las seis últimas publicaciones de venta del mismo modelo en sitios web.

Casos como este se han multiplicado durante la presente década y preocupan al mercado asegurador, debido al incremento de costos vinculados a estas situaciones.

Un valor total de US$ 70,5 millones -el equivalente a 8.270 automóviles nuevos, a un precio de $5,7 millones cada uno- tuvieron que pagar el año pasado las compañías aseguradoras por el robo de vehículos, ya sea que hayan efectuado un reemplazo por pérdida total del automóvil, o bien reparaciones de vehículos que fueron afectados por estos delitos.

Tal cifra significó un crecimiento del 50% respecto de 2010, según datos manejados por la Asociación de Aseguradores de Chile (AACh), para cuya elaboración considera el costo promedio que pagan sus empresas socias vinculado a unidades de autos robados.

La entidad proyecta, además, que este año la cifra volverá a crecer y llegará a los US$ 74,3 millones. Ya al primer semestre, medido en unidades de autos, hubo un alza de las sustracciones de 5,4%, respecto de idéntico lapso del año pasado, totalizando 4.703 unidades.

Además, en ese período los robos con violencia subieron fuertemente en el segmento que la AACh clasifica «de lujo», que considera a modelos sobre los $25 millones, advirtiéndose, asimismo, una mayor preocupación de las autoridades por el contrabando de autos robados hacia el exterior del país.

Al analizar los robos del parque de automóviles con y sin seguro, «los hallazgos han subido en general», asegura el mayor Diego Rojas, de la Dirección de Investigación Criminal de Carabineros, estimando que solo un tercio del parque vehicular chileno -4,85 millones de unidades- cuenta con seguros.

Según cifras de Carabineros de Chile, en la primera mitad de 2017 fueron sustraídos 13.500 vehículos sin seguro en el país, lo que representó un incremento de 3,7% frente a igual lapso del año pasado.

  • Sube la no recuperación de los vehículos

Si bien aquel monto de US$ 70,5 millones que pagaron las aseguradoras el año pasado representa solo el 6,7% de las primas por US$ 1.040 millones que registró este sector en seguros automotrices, el rubro está muy preocupado por el crecimiento de los costos derivados de este tipo de robos.

Para el gremio, hay dos factores que están incidiendo en esta alza de costos: la cada vez mayor tendencia a la no recuperación de los automóviles -lo que les implica a las aseguradoras desembolsar más para cubrir una pérdida total-, sumado al aumento de costos de reparación.

Las cifras de la AACh indican que al primer semestre de este año se ha encontrado el 55,3% de los vehículos asegurados robados. Si bien la cifra muestra que se trata de la proporción mayor del parque robado asegurado, tal guarismo ha ido descendiendo. Dicho de otro modo, antes recuperaban aún más: en 2016 encontraron el 62,1% de los autos robados, y en 2015, el 71,1%.

«El aumento de los costos es, en su mayor parte, debido al aumento en robos de vehículos que no se han recuperado y, por lo tanto, se debe reponer el auto robado. Estimamos que esto es debido a una mayor cantidad de robos para desarme o, en menor medida, para envío al extranjero», señala el vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Aseguradores de Chile, Jorge Claude.

El otro factor, según las compañías de seguros, está ligado al aumento del valor de las reparaciones relacionadas con los daños físicos que sufren los autos robados que sí son encontrados. Se trata de reposición de repuestos y equipos, así como trabajos de desabolladura y pintura.

El gerente de proyectos de la AACh, Marcelo Mosso, sostiene que los costos de los repuestos se han elevado fuertemente y sus valores promedios en Chile pueden ser el doble de los observados en Estados Unidos.

Además, en la AACh afirman que la mano de obra ligada a labores de pintura y desabolladura ha subido en el último par de años, debido a que menos personas quieren dedicarse a estas labores, a diferencia de épocas anteriores, donde estos oficios se mantenían en el tiempo por tradición familiar.

«Las nuevas generaciones no están dedicándose a estos trabajos, pese a que los ingresos pueden ser mayores a los de un profesional medio», comenta Mosso. Añade que la asociación se ha contactado con institutos y colegios de formación técnica para fomentar estas especialidades, pero el alto costo de implementar talleres para que los estudiantes practiquen, ha sido un impedimento para generar nuevos cursos y titulados.

  • Automotoras refutan alto precio en trabajos y repuestos

Pero en la industria automotora discrepan y rechazan que sus asociados estén cobrando más por labores de pintura o desabolladura debido a mano de obra más cara. Y aseguran no tener incidencia en los costos de las aseguradoras ligados a autos robados. Incluso, afirman que las compañías de seguros pagan mucho menos que en otros países por estas labores, ya que en medio de un escenario de fuerte competencia entre ellas, buscan cobrar primas más baratas.

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio Automotriz de Chile (Cavem), Carlos Dumay, señala que a nivel internacional el valor de pintar una pieza dañada (por ejemplo capó) es de US$ 100 y «habitualmente en Chile las aseguradoras están pagando la mitad». Dice que solo para los autos de lujo están dispuestas a cancelar un precio mayor, debido a que saben que existen pocos talleres especializados para ese tipo de marcas, mientras que para autos más económicos optan por enviarlos a talleres alternativos.

Esa situación, indica el presidente de Cavem, hace muy difícil que las automotoras inviertan en un taller de reparaciones, el que -considerando un terreno de cinco mil metros cuadrados, por ejemplo- demanda una inversión global cercana a los US$ 10 millones.

En 2013, el mayor centro de reparaciones de vehículos del país, Relsa Talleres, ligado a Inversiones Juan Yarur, bajó sus cortinas por baja rentabilidad. «Este es un tema muy complejo y quizás las aseguradoras deberían aumentar sus primas«, sostiene Dumay. Respecto del menor pago que acusan las automotoras, en la AACh afirman no tener antecedentes.

Las automotoras defienden asimismo el costo de los repuestos. Señalan que estos se deben importar principalmente desde Asia con varios meses de anticipación -al menos 60 a 90 días-, por lo que incorporan un valor de flete más alto del que se observa en Estados Unidos o Europa, donde están las fábricas que producen las piezas.

Un alto ejecutivo del sector de importadores de vehículos, a condición de reserva, califica como «mito» el alto precio de los repuestos. Acusa que hay aseguradoras que han optado por entregar dinero en efectivo a los clientes siniestrados para que ellos busquen por su cuenta un taller más económico para reparar los vehículos dañados por accidentes o robos.»

Fuente: El Mercurio, 30/07/2017 (enlace), por Marco Gutiérrez V.